Eran las 3 de la tarde y yo me encontraba en la calzada
de la Armonía, cansado y con mucha hambre, me dirijo a la casa del adulto mayor
(La Armonía), caminando hacia la puerta principal me llegaban oleadas de comida
que olía muy sabroso y yo muriéndome de hambre, llegando a la entrada principal
de la casa intente abrir la puerta, pero no se podía abrir.
Una señora como de 80 años estaba señalando hacia arriba
pero no lo quise hacer caso, y enseguida otra
señora muy joven como de unos 35 años, muy bien arreglada, se acercó
hacia mí y me dijo: “Hola Diego, tú me las vas a pagar, tú me pusiste algo en
la cara y me tapaste la nariz”, retirándose la señora con los pómulos rojos de
coraje.
Yo asustado sin saber que hacer o que decir, voltee hacia
arriba y no me di cuenta que la primera señora de 80 años, me indicaba que
tenía que tocar la campana para poder entrar, rápidamente toque la campana y se
abrió la puerta, yo con temor de que la señora joven de 35 años se me dejara ir
a hacerme algo, fui entrando en busca de Daniel Sánchez Mendoza que es el
director de la asociación.
Una señora iba saliendo y le pregunte: que donde se
encentraban las oficinas de información, me las señalo y me dirige hacia las
oficinas, no encontrando a nadie, y ya eran las 3:40 de la tarde, yo
desesperado, sin que nadie me atendiera, se acerco una señora que padece de
diabetes, y de su misma enfermedad a la señora le ha disminuido la vista.
La señora, me pidió que la llevara a sacar un jugo de
guayaba de la maquina que tienen en la misma casa del adulto mayor, muy
centrada la señora, al llevarla pude observar mas partes de la casa, esta algo
amplia, en ese mismo lugar se sentía, triste, muy tenso y con mucha soledad,
gritos de personas quejándose, gente hablando por los pasillos, personas
bailando solas y riéndose.
En la casa del adulto (la Armonía) encuentras muchas
personas de diferentes edades como de 65 años en adelante, estatura y problemas,
tal como lo es el caso de Julián Amezcua Gómez, el vivió en la esperanza, rumbo
tonila Jalisco tiene 84 años y su mujer se le murió, quedo solo, tuvo que irse
con una familia que se hiso cargo de el antes de que muriera la esposa de
Amezcua, misma familia no lo querían y lo echo para la calle, una señora de
Coquimatlàn, le aviso con tiempo a Julián Amezcua que la familia que había
firmado por el, lo querían echar para la calle.
El mismo Amezcua ya lleva 5 años en la misma casa “La
Armonía”, el nos dice que ya se resigno a estar ahí, ya que no tiene, familia,
madre, hermanos ni nada, tiene primos hermanos pero que el hace de cuenta que
no tiene nada, no responden por él, ni se preocupan por saber en dónde está.
El día del padre, en la casa la Armonía hubo presentación
de bailables, uno de sus regalos fue un pañuelo, pero el comenta que fuerce
diferente haber convivido con su esposa y familia que ahorita no tiene.
Julián dice: que los primeros días que llego a la
Armonía, no podía hallarse, ya que todos tenían sus familias y con él no había
nadie, Julián Amezcua tiene un compadre aquí mismo en Colima, él le dice que lo
visite pero no se ha cercado para nada.
Nos dice: que el asilo ya formo parte de su familia, y
que se siente orgulloso por ser “rey de la primavera” en un evento del asilo,
también dice que no sabe leer ni escribir, pero que ahí mismo les ayudan
aprender y que le da gracias a la casa del adulto mayor por haberlo ayudado.
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