domingo, 15 de mayo de 2016

¿ESTAREMOS CONFUNDIENDO EL SIGNIFICADO DEL AMOR O EL DE EDAD Y MADUREZ?


Vamos creciendo, ganando edad y nos volvemos más solitarios. El conocer a alguien y establecer una relación sentimental con una persona se vuelve cada vez más esporádico, menos frecuente, más difícil. ¿Es tu caso? ¿A qué se deberá?
¿No se deberá a que vamos volviéndonos rígidos sin darnos cuenta y confundimos el “saber lo que queremos en la vida” con intolerancia? En muchas ocasiones, a esta rigidez la confundimos con “madurez”.
Para fines prácticos y aplicables en nuestra vida, “madurez” debería ser sinónimo de flexibilidad y apertura. Ya que esta es la única forma de poder sobrevivir a los cambios.
Todos vivimos vidas distintas y sin embargo, similares. Lo que marca la gran diferencia en cada uno es cómo esas “experiencias de vida” nos van transformado, la manera en la que vamos enfrentando y superando nuestros momentos más difíciles.
Piensa en uno de tus momentos más difíciles y dolorosos. ¿Lo sientes en el pecho como parte de tu pasado o de tu presente? Eso le va a dar una gran respuesta a muchas cosas en tu vida.
Tendemos a bloquear nuestros sentimientos y emociones cuando no sabemos interpretar el dolor, el sufrimiento.
La cabeza debería ayudarnos a asimilar el aprendizaje que podemos obtener de cada situación y a tener memoria de nuestras “ignorancias” (porque no me gusta llamarles “errores”) para no repetirlas y poder comprender a los demás. Y el corazón debería ayudarnos a seguir sintiendo pasión y emoción en la vida. Sobre todo al saber que con cada experiencia difícil que enfrentamos, podemos lograr conseguir una herramienta nueva para experimentar un mayor estado de felicidad, para poder compartirlo con la gente que más queremos y multiplicarlo.
Sin embargo, creo que en muchas ocasiones nos sucede al revés: la cabeza nos bloquea la pasión y la emoción creyendo que son las causas del sufrimiento, y el corazón recuerda tan sólo nuestras ignorancias, almacenando dolor.
¿Por dónde empezar a cambiar nuestra vida y nuestro mundo?
Decidiendo “volver a sentir”. Descubriendo que podemos volver a experimentar las emociones, sentimientos y sensaciones más maravillosas que hemos vivido sin miedo a obtener el mismo resultado que en el pasado. ¿Por qué? Porque ya hemos aprendido muchas cosas, porque hemos cambiado, porque el recuerdo que debemos conservar es el del aprendizaje en nosotros mismos y eso nos debe dar seguridad y libertad, no lo contrario.
Cada persona que se cruza en nuestra vida nos enseña algo y aprende algo de nosotros. “Todo encuentro casual es una cita”. Nada sucede por accidente. El único error es dejar de sentir. La vida nos está preparando constantemente para una mayor alegría, una mayor expansión del alma y el corazón en la mente y los brazos de otra persona. Porque sí, somos individuos, pero aún con nuestra individualidad, somos animales de pareja. Todo lo compartido siempre se disfruta el doble o pesa la mitad.
Quizás tengas frente a ti a esa persona que te puede hacer feliz y a quien puedas hacer feliz. Quizás la estés dejando ir por tu miedo, por no atreverte a abrirle el corazón y hacerle sentir lo que en realidad sientes por él o ella.
Quien ignora al corazón no puede ver ni reconocer las señales que la vida le pone enfrente para darle un gran mensaje.
Nosotros en el silencio y más allá de nuestros miedos, deseamos. La vida escucha y nos manda regalos. ¡Atrevámonos a abrirlos y a disfrutarlos! Esa es siempre la mejor forma de agradecerlos.
Disfruta lo que tienes hoy.
Si esperas que el amor sea como tú crees que tiene que ser… se te irá de las manos.
Abrámonos a experimentar, a explorar nuevas formas de ver y sentir amor. Las diferencias entre dos personas nunca han sido el problema.
Los problemas básicos son dos:
Pretender que el otro sea diferente a como es
No saber expresar, hacerle sentir amor al otro
Que nuestra madurez sea estar abiertos a descubrir y sobre todo, a “hacer sentir”.
Somos seres humanos. Lo que necesitamos de nuestra pareja es sabernos queridos, amados y deseados.
Después de eso, todo es posible con amor.


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