domingo, 8 de mayo de 2016

Autismo, una forma diferente de vivir



Este es el caso de pablo:

En la rutina de todos los días, pablo al llegar al centro se dirige a su sala y guarda su mochila en el armario esta debe quedarse allí hasta el momento de salida porque así se ha creado su estructura, y si esto varia será de gran molestia para él. Un día, luego del almuerzo su maestra de sala, saca la mochila del armario para guardar un cuaderno que debía ir de regreso a su casa para que la madre leyera, pero de repente, pablo entro y al ver su mochila fuera de su sitio, el tenía que irse.


Fue muy difícil hacerle entender que por más de que su mochila haya salido de su lugar, él debía quedarse aun tres horas más. Y hasta es probable que no lo haya comprendido.
Me pareció muy importante comentar este caso para que los lectores que desconocen el tema comprendan la estructura rígida mental que poseen los niños con autismo.
En algunas ocasiones no estoy de acuerdo con las personas que dicen, que los niños con autismo no son afectivos, o son agresivos o cosas similares.


Estos niños pueden ofrecer cariño y afecto igual o más que cualquier niño sin ningún problema, solo hay que conocerlos y ver cuál es su forma de comunicación y de expresarse.

Cuando se habla de que los niños con autismo son agresivos o golpean sin miedo, es importante aclarar que esto no es así, seguramente esos niños quieran comunicarse de alguna manera que nosotros no comprendemos, no golpean por malos sino porque algo estaremos haciendo, seguramente sin intención, que los molesta y perturba, solo es muy difícil identificar sus intenciones y lleva años de convivencia.


El rasgo más notable del autismo, como ya hemos dicho, es la interacción social limitada, se relacionan mejor con las cosas que con las personas, y poseen, en algunos casos, maneras muy distintas de expresar sus emociones. Estas personas parecen sumergirse en su propio mundo, un mundo en la que la comunicación con otros parece no ser importante.


Esta conducta se debe a una incapacidad para establecer comunicación con los demás, así como a diversas dificultades en el lenguaje, más del 50% no tienen ningún lenguaje verbal, (según estudios realizados), y otros repiten mecánicamente palabras, canciones o melodías que les llamaron su atención. Otro singo característico de estos niños es que ejecutan movimientos repetitivos como aplaudir, aletear, y mecerse en forma estereotipada.


Con forma estereotipada quiero decir que lo realizan sin importar el entorno, ni la situación del entorno.

Por la parte de selección sensorial, consiste en la atracción intensa por algunos estímulos. Por ejemplo, un niño pequeño con autismo puede hacer girar constante las llantas de un carro de juguete, por la fascinación que le produce el efecto giratorio visual, otro puede insistir en golpear un objeto sobre la mesa, por el efecto auditivo resultante, otro más busca pinturas, detergentes y diversos elementos con olor fuerte, para regalarlos y percibir su aroma.




La realización repetida de esas acciones, es lo que se denomina auto estimulación y se sabe que genera un efecto placentero o de relajación momentánea. Para cualquier persona, con o sin autismo, el concentrarse en estímulos de naturaleza repetitiva hace que se salga del contexto o que se relaje, como cuando alguien se mece, mira un péndulo, mira el agua, o incluso se concentra en la propia respiración.


Entonces, la diferencia es que la persona con autismo se estresa más a menudo por un entorno que le resulta sobrecargado de estímulos y rápidamente aprende a auto estimularse, sobre seleccionando ciertas sensaciones que le sirven de escape a las molestias ambientales.

El autismo es un trastorno del desarrollo que aparece en los primeros 3 años de la vida, que afecta principalmente al área de la comunicación, el desarrollo cerebral normal de las habilidades sociales, lenguaje y en algunos casos la zona cognitiva. El descubridor de este síndrome fue Leo Kanner (Psiquiatra austriaco) en 1943, tras una investigación en la que estudio los casos de 11 niños que mostraban la particularidad de un extraño aislamiento a una edad tan temprana como era el primer año de vida.


Dentro de este síndrome descubrió varios rasgos distintivos, entre ellos la falta de relación de esos niños con las personas que se hallaban a su alrededor. Es importante remarcar que este síndrome no tiene cura, acompañara a la persona durante toda su vida, y que los signos de este trastorno del desarrollo en el 70 o 75% de los casos vienen acompañados de un retraso mental importante o no.

Me doy cuenta si tengo o no autismo a través de un diagnostico proporcionado por un especialista, que puede ser paidopsiquiatra o neuropediatra, entre otros como psicólogos o maestros de educación especial, capacitados para otorgar este diagnostico.

Los trastornos del espectro autista pueden variar ampliamente en los síntomas manifestados y en la gravedad de estos, pudiendo pasar completamente desapercibido en el caso de que los síntomas sean muy leves, o se encuentren enmascarados por otras patologías más graves o con sintomatología más marcada.

Aunque el diagnóstico siempre debe ser realizado por un equipo multidisciplinar (neurólogo, psicólogo, psiquiatra, terapeuta del lenguaje y en ocasiones, otros profesionales especialistas en este tipo de trastornos)

Existen ciertos síntomas que pueden hacer sospechar de la presencia de este trastorno.

Uno de los síntomas del autismo en el primer año es que, es capaz de permanecer un tiempo prolongado en la cuna sin requerir atención, al cabo de 4 meses de vida no muestra sonrisa socia,. No muestra interés ni respuesta ante el rostro materno, llanto no justificado de tiempo prolongado.

En el segundo y tercer año, Desarrollo de movimientos repetitivos estereotipados (automecerse, golpearse la cabeza, aletear las manos), Temor ante los ruidos.


En la niñez, No se relacionan con otros niños y no tienden al juego social ni imaginativo prefiriendo la soledad, La comunicación verbal es escasa y defectuosa. En muchos casos de tipo repetitivo e inusual.


En la adolescencia-adultez, En esta etapa los síntomas son similares a los del retraso mental, ya que dependen de factores como,
Lenguaje, presentan dificultades para expresar necesidades, lo que puede ocasionar frustración y otras alteraciones emocionales.

Hábitos de autoayuda, el sujeto tiende hacia la independencia en labores en las que suele precisar ayuda externa para su correcta ejecución, tales como higiene personal, alimentación y vestimenta. Solo a través del entrenamiento precoz el sujeto podrá lograr esa independencia de ejecución.

El autismo no tiene cura, ya que no es enfermedad, es un trastorno del desarrollo.


Un autista requiere un tratamiento neuropsiquiatrico, así como manejo educativo especializado que les permita independencia funcional, educación básica (leer y escribir) y el aprendizaje de un oficio en los casos de los jóvenes que les permita tener un ingreso familiar.

Aunque no se tiene un estudio real sobre la problemática del autismo, se habla que a nivel mundial uno de cada cien niños presenta rasgos autistas o tiene autismo, así lo dio a conocer el director de la fundación tato C.P. Víctor Manuel Villalobos Chávez, quien nos comenta que “muchas personas tienen rasgos autistas y no lo son y que tenemos que hacer una serie de evaluaciones para determinar a la persona”.


La situación se agrava en el momento en el que el padecimiento no es diagnosticado o no lo presenta de manera correcta, por lo que la fundación Tato ha recibió con alegría la noticia de que el sector de salud implementara una cartilla de salud mental mediante la que harán evaluaciones a niños de 0 a 7 años de edad.


Solo por la fundación Tato han pasado más de 200 niños, de los cuales en la actualidad 25 niños que son esquema diario, 3 niños que asisten por terapia, 11 niños esporádicos (que asisten eventualmente por cuestión económica y distancia, 32 niños con prospecto a la fundación, que no se pueden atender por falta de espacio en las instalaciones. El rango de edad va desde los 3 hasta los 40 años en promedio, alumnos que rebasan los 50 años.


Un autista nos pediría a que lo ayudaras a comprender, a organiza su mundo también a que respetes su ritmo, su modo especial de entender la realidad, y también que no le permitas que se aburra o permanezca inactivo.

Estos son unos Conceptos fundamentales de Ángel Rivière que ha sido uno de los psicólogos españoles especializados en autismo más destacados a nivel internacional.

Si buscas asociaciones que ayuden a niños con autismo te recomiendo la fundación Tato y Albatros en Colima.

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